
-Ay, muchacho, hay días en que me miro en el espejo y te juro que veo a un tamal... es que ya casi-casi no tengo cintura.
-Lo importante es que está bien y no tiene ninguna enfermedad.
-Amigo mío, la vejez es por sí misma una enfermedad, ¡la más cruel! Yo creo que la vejez me ha ido desfigurando horriblemente. Cuando se llega a esta edad una siente un vago cansancio general, también se adquiere un sentimiento de desprecio... yo desprecio antes que nada a este cuerpo que se me cansa, que no me sigue el paso, este cuerpo que no me deja seguir siendo Guadalupe Amor, a mí, ¡yo que soy la más joven del mundo! ¿Cómo pude haber llegado hasta ahora? ¿Cómo pude llegar a esto? ¿Cómo pude llegar a envejecer así? ¿Cómo, si soy infinita?... este cuerpo se me va

Derecha: Manuscritos de Guadalupe Amor.
FUENTE: Archivo Artes e Historia-México
© Waldemar Verdugo Fuentes.